El fraile virrey, como algunos le llaman a Fray Payo Enríquez de Rivera, fue un hombre con una honorable trayectoria pública y preparación académica. En sus gestiones como arzobispo en Guatemala y Michoacán y después como Virrey de Nueva España de se ocupó preferentemente de las obras públicas.
Además, fue promotor de la colonización de las costas caribeñas con la instalación de varios puestos de avanzada españoles que impidieron el avance británico. Se consagró al cuidado de los ciudadanos, religiosos e indígenas. Si quieres conocer más sobre este fraile ejemplar, continúa leyendo.
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Biografía de Fray Payo Enríquez de Rivera
Fray Payo Enríquez de Rivera fue un religioso agustino español, nacido en Sevilla en 1622. Fue arzobispo de Guatemala entre 1657 y 1667 y Michoacán México entre 1670 y 1681, así como Virrey de Nueva España entre 1673 y 1680. Murió en el monasterio rural de Nuestra Señora del Risco en la Sierra de Ávila, España, en 1684.
Era el hijo natural de un comandante militar en Andalucía, Fernando Afan de Rivera y Enríquez, duque de Alcalá. Realizó sus primeros estudios en esa ciudad y años después ingresó en la orden de San Agustín. Fue profesor en las universidades de Burgos, Valladolid y Alcalá de Henares. En esta última ciudad conoció al rey Felipe IV quien le tuvo gran estima.
Fue nombrado obispo de Guatemala por diez años. Luego se dirige a Nueva España en 1667 para hacerse cargo del obispado de Michoacán, con sede en Valladolid (hoy Morelia). Posteriormente fue nombrado arzobispo de Michoacán (México) cuando, por problemas de salud, el duque de Veragua tenía que ser reemplazado.
De arzobispo a Virrey
Tomó posesión de su cargo interino el mismo día 13 de diciembre de 1673, pero tuvo que gobernar durante siete años. Su nombramiento como Virrey fue alabado por los cronistas de la época. Gustó mucho en la colonia, pues fue antecedido a la fama de santidad y altruismo que había funcionado durante casi una década en Guatemala.
Gracias a las obras de los misioneros, se había fundado la villa de San Gabriel que más tarde tomó el nombre de Santa Fe. Para entonces eran muy frecuentes las revueltas de las tribus tanos, picúries y tehecas. En una oportunidad prendieron fuego al pueblo de San Cristóbal y acuchillaron a los residentes españoles allí.
Los que pudieron salvarse se refugiaron en Santa Fe y en Paso del Norte. Las guerras del Norte se habían prolongado durante varios años. En 1675 los misioneros jesuitas iniciaron la penetración en la provincia de los papigoches, luego llamada la Purísima, desde Sonora y Sinaloa. Los franciscanos, por su parte, se habían asentado en Nueva Vizcaya y Nuevo León.
La fama del Fray encontró en la ascensión al trono de Carlos II, en 1675, una buena acogida. Junto a las especificaciones del monarca, Fray Payo recibió la noticia de que el Rey le pedía que permaneciera en el cargo. Elogiando su forma de Gobierno y el excelente aporte con generosos subsidios a las cuentas de la Corona.
En 1680 se retira de su cargo de Virrey y se dirige a España, a donde viaja en compañía de un solo criado. Una vez allá, se instala en el convento de Nuestra Señora del Risco en Sierra de Ávila, donde fallece el 8 de abril de 1684.
Educación de Fray Payo Enríquez de Rivera
El Fray Payo Enríquez de Rivera realizó sus primeros estudios en Sevilla, España. En donde años después ingresó en la orden de San Agustín. Estudió en la Universidad de Salamanca y fue maestro en teología en Osuna.
Enseñó filosofía en las universidades de Burgos, Valladolid y Alcalá de Henares. Además, durante su regencia como Virrey de Nueva España, protegió e impulsó la carrera literaria de Sor Juana Inés de la Cruz. Gracias a lo cual le permitió el acceso a círculos literarios y aristocráticos que impulsaron mucho su obra.
Su Obra en Guatemala
Como obispo de la ciudad de Santiago de los Caballeros en Guatemala, su obra fue vasta y su labor eficaz. En 1662 inauguró un hospital para los frailes enfermos y en 1668 aprobó los estatutos de la Orden de los Betlemitas. Eligiendo a Fray Rodrigo de la Cruz para superior de dicha orden, como reemplazo por la muerte del Hermano Pedro de San José de Betancurt.
s en 1660 la primera imprenta, que fue importada de México. A su impresor José de Pineda Ibarra, le encargó varios trabajos religiosos de impresión sencillos: novenarios, catecismos y cartillas, entre otros.
Gracias esta obra, es que sale a luz el primer libro impreso en Santiago de los Caballeros de Guatemala. El libro, escrito por Fray Payo Enríquez de Rivera, fue titulado Explicatio Apologetita. En él, el obispo defendía la doctrina de la Inmaculada Concepción.
El Fray Rivera también hizo esfuerzos para reconstruir el Hospital San Pedro para atender a los eclesiásticos. Bajo su gestión, autorizó al Hermano Pedro para fundar el Hospital de Convalecientes. Sus obras también incluyeron obras de dotación, como las campanas para la Catedral, las principales iglesias de Santiago y la de algunos pueblos.
Obras públicas de Fray Payo Enríquez de Rivera
Según el cronista Vetancourt, el Fray Payo Enríquez de Rivera fue un hombre modesto, serio y desinteresado. Vistió el Palacio Real, hizo puentes y caminos y puso sus cuidados en lo que se dirige al santuario de Guadalupe.
Inicialmente se abocó a reforzar las obras de defensa de los litorales, en los que pululaban destacamentos británicos. Los cuales fueron expulsaron con el apoyo de milicianos voluntarios de la costa de Barlovento. También los obligó a abandonar Coatzacoalcos y la Laguna de Términos, al tiempo que aumentaba y fortalecía el ejército construcciones de Campeche.
Impulsó la obra pública, tanto en la ciudad de México como en otros lugares importantes. Sustituyó las antiguas pasarelas de madera a más de 20 puentes de cal y canto en la capital. Construyó una calzada empedrada desde la ciudad de México hasta la Villa de Guadalupe.
Inició la reconstrucción de la Iglesia de San Agustín, en la que posteriormente se instalaría la Biblioteca Nacional, que había sido destruida por un incendio. Desplazó un destacamento militar con el fin de pacificar a las tribus de Nuevo México, en revuelta casi permanente desde hace años. Fundó el pueblo de Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, en el río Grande, en 1677.
Una obra de gran tamaño
Bajo su mandato se dio un impulso a las obras de drenaje de la ciudad y el Valle. Una gigantesca y monumental obra iniciada el siglo anterior y que tenía como objetivo remediar los altos niveles alcanzados en Lagos y canales.
El proyecto era abrir una zanja que permitiera el paso del agua a través de las montañas que cierran el Valle. Años más tarde Humboldt describiría la obra como el sistema más gigantesco de América. Fray Payo encontró en el padre Manuel Cabrera, superintendente de la obra, un colaborador muy efectivo.
La obra pronto se puso a prueba, ya que en 1674 las lluvias sobre Nueva España fueron las más abundantes de toda la Década. Las obras no solo resistieron, sino que el desagüe funcionó a la perfección.
Significado de Virrey
Un Virrey es aquel que gobierna un país o provincia como representante de su soberano o rey. El Virrey está facultado para actuar en nombre del soberano. Es un título que se le otorga a los principales gobernadores de las colonias americanas de España. También a los gobernadores de los «reinos» de la España peninsular propiamente dicha.
A principios del siglo XVI se instituyeron los grandes virreinatos de Nueva España (México) y Perú. También otros dos virreinatos más pequeños en Nueva Granada y Río de la Plata. Los virreyes eran nombrados por el rey de España y el Consejo de Indias de entre las familias nobles españolas. Sus poderes y deberes oficiales eran extensos:
- Recaudación y aumento de los ingresos reales
- Nombramiento de funcionarios coloniales menores (tanto civiles como eclesiásticos)
- Aplicación de las leyes
- Protección de los indios y su conversión al cristianismo
- Concesión de encomiendas, que son las concesiones de indígenas por trabajo y tributo a ciertos colonos.
Los poderes de los virreyes estaban sujetos a limitaciones: otros funcionarios coloniales también eran nombrados por la corona y podían frustrarlos tratando directamente con Madrid. Además, las minuciosas regulaciones del gobierno local sobre todos los aspectos de la administración colonial (a menudo ignoradas) tendían a permitir poco poder discrecional.
La audiencia, un tribunal que compartía las responsabilidades administrativas del virrey, a menudo usaba su poder para obstaculizarlo. Se suponía que el salario principesco del virrey evitaría la corrupción, y se le prohibieron los tratos comerciales.
Antes de dejar su cargo se le pidió que informara al rey de los principales hechos y acontecimientos de su administración, que también fue sometida a revisión judicial. Lo cual, dicho sea de paso, el Fray Payo Enríquez de Rivera cumplió al retirarse del cargo.
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