El Odio es uno de los sentimientos más tóxicos de la naturaleza humana. Por lo tanto, dicho estado emocional ha sido objeto de estudio clínico y filosófico en cualquier rincón del Planeta. Sentir odio tiene muchas implicaciones afectivas, morales y hasta controversiales.
En México como en muchos países, El Odio acompaña latente al ser humano, es un detonante que afecta las relaciones humanas y los preceptos religiosos. Si deseas saber mucho más de esta emoción, llegaste al artículo correcto ¡Síguenos!
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Significado de Odio
Para empezar, la palabra Odio proviene del latín odium. Esta emoción representa un sentimiento que motiva al ser humano a expresar rechazo hacia alguien por considerar que dicha persona transmite maldad, mala voluntad o bien manifiesta actitud de engaño y debe ser execrada.
También se habla de Odio cuando una persona rechaza a otra al punto de contentarse porque el sujeto caiga en desgracia o sufrimiento. Además existen expresiones de odio hacia objetos, cosas, animales, costumbres, circunstancias, entre otros. Esto último se refleja en la repugnancia o el distanciarse de tales eventos.
En otras palabras, los psicólogos y terapeutas están claros que dicho sentimiento humano es profundo y muchas veces perdurable. De esa forma, el ser humano busca a toda costa aislarse de todo aquello que le cause malestar. Así es el odio, en su ambiente, siempre existirá aversión, hostilidad, asco o desagrado por alguien o algo.
El Odio en la Biblia
Por otra parte, el Odio a nivel bíblico tiene una connotación positiva y otra negativa. Al respecto, esta apreciación tiene que ver con la comunión en Dios, en su fe y en su palabra sagrada.
Según lo anterior, para la Biblia, el Odio puede ser un sentimiento espiritual positivo cuando se afirma que dicha emoción es aceptable, si es cónsona con las cosas que Dios odia. Por ende, según el Salmo 97:10ª, todos lo que aman a Dios, deben aborrecer el mal.
Entonces, si los hombres y mujeres adversan y se alejan de todo lo malo, es una forma positiva de odiar, porque es muestra de estar correctamente en el camino de Dios. Así, te alejas del pecado y de la tentación. Por eso aprendemos como cristianos a rechazar a alguien o algo que exprese daño divino o ataque hacia Dios.
Se habla del Odio en la Biblia como un sentimiento negativo cuando esa emoción se dirige de una persona a otra. Aquí, la Biblia expresa que Dios condena ese Odio entre hermanos. Por consiguiente en salmos como Mateo 5:22, el creador decreta la necesidad de reconciliarse entre los hombres si quieren salvarse del juicio final.
Por eso ante Dios, el Odio es un pecado grave, tan fuerte como quitarle la vida a alguien. Esto supone que es un sentimiento de maldad o de veneno en el corazón y su sanción espiritual se resuelve con la condena en el juicio final y la oscuridad eterna.
En todo caso, la Biblia condena al hombre que pregona la palabra de Dios y a la vez muestra odio hacia sus semejantes. Así, ese sujeto es mentiroso y blasfemo, no le queda más que caminar hacia las tinieblas (1ra Juan 2:9,11). Por eso Dios te invita a recordar:
- El sentimiento de Odio envenena tu corazón.
- Produce la llamada “raíz de la amargura”.
- Atenta contra la comunión con Dios.
- Dios te invita a seguirlo pero debes hacer el esfuerzo de limpiar tu corazón de odio, perdonar y olvidar cualquier situación por muy pequeña que sea.la Biblia.
Desde el Punto de Vista de la Filosofía
En otro orden de ideas, algunos pensadores de la antigüedad asumían el significado de el Odio como una energía vibracional totalmente opuesta al sentimiento de amor. En este caso, el rechazo de algo o de alguien causaba una desarmonía entre los elementos que equilibran el universo (tierra, agua, aire y fuego).
De acuerdo a lo anterior, entender al Odio desde la óptica de la Filosofía supone considerar algunos elementos que rodean a ese sentimiento. Si te interesa conocer estos supuestos, sigue con nosotros y no te arrepentirás:
- El Odio no trabaja solo, esta emoción provoca otras sensaciones como la ira, la tristeza, la depresión, el sufrimiento y hasta la injusticia.
- Este sentimiento de rechazo no se da de forma rápida, es progresivo, se acumula en el alma y en el cuerpo y se vuelve un arma destructora.
- Odiar requiere acumular tiempo, detalles, causal y un objeto o sujeto para condenar.
- Cuando se odia, no se piensa en regeneración o arrepentimiento, nada vale, solo es una máquina que arremete y destruye, no hay espacio para el perdón.
- Quien odia, se contamina, se mantiene muchas veces en la oscuridad, provoca alienación, miedo, envidia y hasta pena.
- El Odio proyecta en ti, las peores cualidades que reflejas hacia el sujeto u objeto odiado.
- Muchas veces el Odio se inicia desde la envidia y termina en una emoción destructiva que no te permite estar en paz, de allí la necesidad de perdonar.
Muchos filósofos en México y en el resto de América Latina, definen al Odio como un sentimiento que condena en el presente alguna circunstancia que se acumula desde el pasado.
Relación con la Psicología
Para expertos psicoanalistas como Sigmund Freud, el sentimiento de Odio es una situación donde tu yo interior intenta acabar con el origen de tu desdicha. Por lo tanto, esta emoción no nace de repente, se va creando y acumulando poco a poco hasta caer en los pensamientos y acciones más hostiles que puedan existir.
En todo caso, en la terapéutica moderna, se califica al Odio como un sentimiento poderoso, avasallante, incansable y muy negativo. Según las investigaciones, el Odio actúa a veces como una enfermedad contagiosa y peligrosa. Vale decir, se activa fácilmente, se acumula y se hace a veces incontrolable.
De esa manera, si no se controla esa emoción, te puede convertir en un sujeto vulnerable y permeable para cometer algún acto indeseable. En este sentido, te puedes transformar en un sujeto peligroso que puede arremeter contra todo.
Según la Psicología, si el odio no es de contagio entre las personas, entonces puede ser por decepción o frustración. En consecuencia, este tipo de Odio es de línea delgada, vale decir, pasas de un gran afecto por alguien o por algo a un desencanto muy rápidamente.
Por lo tanto, cuando se admira o se ama tanto algo, supone una carga muy intensa de emoción que al ser herida, necesita urgentemente buscar una nueva emoción tan fuerte como la primera. Por lo tanto, ese vacío lo llena el odio como una forma de sobrevivencia al dolor.
El Odio y el Amor
En general, muchas veces el Odio y el amor van juntos dentro de la naturaleza humana. En algún momento, se pueden cohesionar simultáneamente para pasar la experiencia, madurar y mejorar las relaciones. Así, en ocasiones, ambos sentimientos se distancian cuando las experiencias frustrantes superan la madurez.
Según lo anterior, en el psicoanálisis, el Odio tiene su origen desde el nacimiento del bebé. De esa manera, la reacción del infante ante un estímulo negativo produce sentimientos de rabia. Por ejemplo, si el niño tiene hambre y no se le atiende oportunamente, aparece la rabia como expresión comunicativa para llamar su atención.
Se dice que si el individuo acumula desde temprana edad vivencias positivas o negativas, éstas se irán convirtiendo en la semilla de sentimientos de amor o de odio según el caso. En el Odio, el individuo mantendrá en su psiquis el reflejo de algo malo o perturbador que necesita eliminar para estar bien.
En cambio, un amor sincero por el semejante, por las cosas, por la vida, es el resultado de vivencias favorables y la integración equilibrada con las sombras persecutorias que proyectamos de otras personas. Lo lógico en estos casos es que el amor prevalezca sobre el odio.
¿Cómo lo Procesa Nuestro Cerebro?
Por otra parte, muchos estudios de la Neurociencia se han dedicado a tratar de comprender como el Amor y El Odio, siendo tan opuestos, logren en las personas la misma actitud. En este sentido, un trabajo experimental en Londres-Inglaterra centrado en el Odio de una persona a otra, llamado “El Circuito del Odio” estableció lo siguiente:
- Se seleccionaron hasta 17 personas, entre hombres y mujeres con edades promedios que no superaban los 40 años.
- Estos individuos mostraban sentimientos de resentimiento hacia otras personas cercanas.
- Al mostrarle a estas personas las fotos de las caras de los individuos que odiaban y de personas que no conocían, los investigadores pudieron determinar el circuito de odio intenso.
Así, con el circuito de odio, se estableció la tesis sobre la activación de la corteza cerebral cuando se estimula un comportamiento que tiende a la agresividad. En este sentido, el cerebro libera adrenalina y emite señales neuronales que comienzan con movimientos del cuerpo.
De esa forma, se activa la reacción cuando vemos a una persona que odiamos. En ese sentido, la corteza frontal cerebral busca mover el cuerpo para agredir o para defenderse. No obstante, existen catalizadores que tratan de equilibrar la experiencia desagradable y tender al control.
¡Aprende a canalizar los sentimientos de odio, y libera el camino a la paz interior!