Los Dones del Espíritu Santo, vienen con el Sacramento del Bautismo y se refuerzan con la confirmación. De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, los dones del Espíritu Santo son 7 (siete): sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor.
Por esta razón, en el presente artículo nos dedicamos a explicar a profundidad: quién es el Espíritu Santo, qué son los Dones del Espíritu, cuáles son esos dones, cómo actúa el Espíritu en la Vida del Cristiano, cuál es la misión de Jesucristo y el Espíritu Santo y, culminamos con algunos símbolos del Espíritu Santo en las Escrituras.
Tabla de Contenidos
¿Quién es el Espíritu Santo?
Antes de profundizar con la explicación del Espíritu Santo y todo lo que engloba, primero debemos desarrollar quién es. En pocas palabras, es la tercera persona de la Trinidad, compuesta por Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es Dios, no una fuerza o energía cualquiera.
Asimismo, y como mencionamos anteriormente, el Espíritu Santo es Dios con el Padre y el Hijo y con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, como señala desde antiguo el Símbolo Niceno-Constantinopolitano.
En este sentido, debemos resaltar un aspecto en particular. Y es que, El Espíritu Santo es un individuo diferente del Padre y del Hijo (primera y segunda persona de la Santísima Trinidad) pero posee con ellos una misma naturaleza y esencia divina.
El Espíritu Santo deriva del latín Espíritus Sanctus el cual hace referencia a la gracia divina, en otras palabras, el Espíritu Santo es el que despierta la fe cristiana.
Por otra parte, es importante mencionar que el Espíritu Santo es sinónimo de Espíritu, Divina Gracia y Paráclito. De hecho, en el evangelio de San Juan se consolida que Paráclito se quedará con los discípulos luego de que Jesús ya no sea visible.
- Paráclito proviene del griego parakletos que tiene por significado aquél que es invocado, y del latín consolator que significa consuelo y se caracteriza por:
- Defender del Castigo.
- Salvar del Peligro.
- Entregar la Salvación Eterna.
Cabe destacar que para los cristianos, el nacimiento de su iglesia se marca precisamente con el descenso del Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesús luego de su crucifixión y resurrección llamada Pentecostés.
La labor del Espíritu Santo
Pues bien, es importante resaltar que el Espíritu Santo lleva a cabo una obra especial en este mundo y dentro del pueblo de Dios. Él obra de diversas maneras ayudándonos a sentir al Señor y a estar siempre de acuerdo con su voluntad.
- Nos capacita para llevar el mensaje de Dios sin temor. Hechos 4:31.
- Es el Consolador que nos acompaña y nos enseña. Juan 14:16, Juan 16:7 y Juan 14:26.
- Nos confirma que somos hijos de Dios. Romanos 8:14 y Romanos 8:15-16.
- Nos da dones para poder edificar a la Iglesia. 1 Corintios 12:4-7.
- Convence al mundo de justicia, juicio y pecado. Juan 16:8-11
- Nos guía en la verdad. Juan 16:13 y Juan 14:17.
- Nos da poder para testificar acerca de lo que Dios hace en nosotros. Hechos 1:8.
- Su presencia da fruto en nuestra vida. Gálatas 5:22-25.
- Nos hace libres. Romanos 8:1-2, 2 Corintios 3:17 y Gálatas 5:16.
- Nos hace santos y nos justifica. 2 Tesalonicenses 2:13 y 1 Corintios 6:11.
Aunque Jesús no estaría más sobre la tierra en forma de hombre, gracias al Espíritu Santo, la presencia de Dios sí está sobre cada uno de sus hijos. Asimismo, los capacitaría para ser sus testigos alrededor del mundo, hasta el día de hoy continúa siendo así.
Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela.
- Busca que avances en tu vida de fe.
- Es el apoyo que te hace ir hacia delante.
- Te cuida para que no caigas.
- Está junto a ti para sostenerte.
- Conserva la juventud de tu alma.
¿Qué son los Dones del Espíritu?
Pues bien, en un principio debemos mencionar que los dones del Espíritu Santo infundidos en el alma del cristiano llevan a la perfección las virtudes y hacen a los fieles dóciles para continuar con prontitud y amor, en sus acciones diarias, las inspiraciones divinas.
Asimismo, los dones espirituales son habilidades especiales que Dios obsequia a sus hijos para la edificación de su iglesia. Por ende, debemos hacer uso de ellos para bendecirnos los unos a los otros y así construir juntos una iglesia fuerte que honra a Dios.
Aparte de lo mencionado, nos conviene destacar que dichos dones no se nos dan como un premio a nuestra espiritualidad. Como hemos explicado, Dios nos los regala a fin de servirnos como hermanos y para que nos animemos en conjunto en nuestro andar con Jesús.
¿Cuáles son?
Los 7 (siete) dones del Espíritu Santo son: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
En pocas palabras, es ver el mundo, ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo, con los ojos de Dios. Además, en la Biblia se explica que Salomón, en el momento de su coronación como rey de Israel, pidió el don de la sabiduría.
Asimismo, este término está íntimamente relacionado con la fe. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión de lo que el Señor ha dicho y ha realizado.
Comprender las enseñanzas de Jesús, comprender el Evangelio, comprender la Palabra de Dios.
Pues bien, en el instante en el que lo aceptamos y albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza a hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras intenciones según el corazón de Dios.
Cuántos hombres y mujeres —nosotros desconocemos sus nombres— honran a nuestro pueblo, honran a nuestra Iglesia, porque son fuertes al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo y su fe.
Por otra parte, en el Génesis se pone de relieve que Dios se complace de su Creación, subrayando o resaltando de forma repetitiva la belleza y la bondad de cada cosa. Al término de cada jornada, está escrito: Y vio Dios que era bueno.
Es importante aclarar que este don no significa tener compasión de alguien, o sea, tener piedad por el prójimo. El mismo, indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes.
No consiste en tener miedo de Dios: sabemos bien que Dios es Padre, y que nos ama y quiere nuestra salvación, y siempre perdona; por lo cual no hay motivo para tener miedo de Él.
En cambio, el temor a Dios, es el don del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. El temor de Dios es: el abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho.
¿Cómo Actúa el Espíritu en la Vida del Cristiano?
Ahora bien, la base de la actuación del Espíritu Santo se enfoca en el hecho de que se trata del amor del Padre y del Hijo. Esto quiere decir que hay una serie de formas en las cuales puede intervenir en nuestras vidas.
Cuando el Espíritu Santo habita en una persona la purifica elevando su condición moral. En este sentido, la persona es santificada por su acción. Asimismo, puede perderlo a causa de su debilidad.
Del mismo modo, algunas de estas formas de intervención son bastante conocidas como, la capacidad de conceder la vida o la santificación. Sin embargo, no son las únicas. También, se encarga de entregar la inspiración divina cuando se escribió la Biblia.
Por otra parte, si se detallan los hechos bíblicos, nos podemos dar cuenta que el Espíritu Santo hace acto de presencia en la mayor parte de la vida de Jesús. Donde en un principio, está a cargo de permitir que María fuera capaz de cumplir con los cometidos divinos.
¿Cuál es la Misión de Jesucristo y el Espíritu Santo en la Redención?
Jesús, no revela a plenitud el Espíritu Santo sino hasta después de su Resurrección. No obstante, lo sugiere poco a poco, incluso en su enseñanza a la muchedumbre, cuando revela que su Carne será alimento para la vida del mundo.
Asimismo, lo sugiere también a Nicodemo, a la Samaritana y a los que se encuentran en la fiesta de los Tabernáculos. Por otra parte, a sus discípulos les habla de él abiertamente apropósito de la oración: lo recoge san Lucas en el versículo 11 de su Evangelio.
Símbolos en la Escrituras
Ahora sí, para dar fin con nuestro escrito, nos corresponde mencionar a través de un listado los distintos símbolos que podemos encontrar en las escrituras. Destacando así que los mismos serán explicados de forma breve. ¡Atento!
- El fuego, esta representación se encuentra presente en los actos del Espíritu. Es el símbolo de la energía transformadora.
- El sello, esta representación está presente en los sacramentos imponiendo el carácter indeleble del Espíritu.
- La paloma, se presenta en el santo bautismo de Jesús.
- La nube y la luz, ambas representan la manifestación del Espíritu, como, por ejemplo: cuando desciende sobre la Virgen María.
- El agua, mediante el sacramento del Bautismo, el agua representa el Espíritu concediendo un nuevo nacimiento.
- La unción, es un óleo que representa la fuerza del Espíritu utilizado en el sacramento de la Confirmación.
- La mano, mediante la imposición de las manos se transmite el don del Espíritu Santo.
Para finalizar con nuestro escrito, te invitamos a que nos ayudes a compartir la información.
¡Hasta pronto!